Por Manolo Pasero
Los cambios recientes en las normas de cruce fronterizo han dado lugar a largas filas y un mayor escrutinio en el cruce de San Ysidro entre California y Tijuana, Baja California. A partir del 20 de septiembre de 2024, las nuevas directrices implementadas por el Instituto Nacional de Migración (INM) a cargo del delegado Jorge Alejandro Palau Hernández están imponiendo una tarifa para ciertos ciudadanos extranjeros que quieran ingresar a México a través de los puertos peatonales administrados por la Guardia Nacional y el INM.
La tarifa, fijada en 575 pesos, se aplica a todos los extranjeros que no puedan demostrar su nacionalidad mexicana. Esta disposición, que ha estado en vigor desde 2020, ahora se está aplicando de forma más rigurosa, lo que genera frustración entre los viajeros y largas esperas en la frontera. Muchas personas que cruzan a Tijuana forman parte de una gran población flotante: personas de ascendencia mexicana nacidas en Estados Unidos que pueden identificarse culturalmente como mexicanas pero carecen de documentación legal para demostrar su nacionalidad.
Un trabajador del INM, que habló anónimamente con los medios locales de Tijuana, explicó la razón detrás de la aplicación más estricta de la ley: “Sé que habíamos sido muy flexibles como gobierno mexicano, pero esta era una nueva instrucción y teníamos que preguntarle a la gente que regresaba”. La decisión refleja un cambio hacia una política migratoria más estricta destinada a gestionar las complejidades del cruce de la frontera en una región con una población diversa y móvil.
¿Quién está exento de la tarifa?
El Ministerio del Interior ha delineado exenciones específicas para la tarifa DNR (Visitante sin permiso para realizar actividades pagadas), que incluyen:
Ciudadanos mexicanos que puedan demostrar su ciudadanía.
Personas que planean una estadía de menos de siete días que no participarán en actividades pagadas, ya sea trabajo o juego.
Residentes temporales o permanentes de México.
Niños menores de dos años.
Estas exenciones tienen como objetivo aliviar la carga de los viajeros legítimos y garantizar que quienes no cumplan con los criterios contribuyan a los esfuerzos de gestión de la frontera.
Impacto en los viajeros
La aplicación de la tarifa ha provocado retrasos significativos, con informes de horas de espera para cruzar en San Ysidro. Los viajeros, muchos de los cuales regresan a casa de sus familiares o para visitas cortas, han expresado su frustración por el requisito adicional, en particular aquellos que sienten que sus lazos culturales con México deberían ser suficientes para ingresar.
El aumento de los tiempos de espera y las tarifas adicionales podrían disuadir a algunas personas de cruzar la frontera, lo que afectaría tanto a la economía de Tijuana, que depende de los visitantes de los EE. UU., como a la vida personal de las familias separadas por la frontera.
Un panorama fronterizo complejo
A medida que las políticas fronterizas continúan evolucionando, la situación en San Ysidro ilustra los desafíos que enfrentan tanto las autoridades como los viajeros. La necesidad de una gestión fronteriza eficaz debe equilibrarse con las realidades de una región profundamente interconectada donde la identidad cultural a menudo trasciende la documentación legal.
La aplicación más estricta de la tarifa de cruce sirve como recordatorio de las complejidades de la inmigración y la seguridad fronteriza, lo que refleja tendencias más amplias en materia de políticas y aplicación de la ley en las fronteras internacionales. A medida que los viajeros se adaptan a estas nuevas regulaciones, persiste la esperanza de que los procesos sean más fluidos y reconozcan los lazos culturales y familiares que unen a las comunidades de ambos lados de la frontera.
Ponte en contacto con nosotros y juntos encontraremos una efectiva solución a sus necesidades.
Pasero Abogados otorgamos una efectiva solución a tus necesidades.
Oficinas
Teléfonos