México y Canadá: un frente unido contra la retórica proteccionista de Trump

A medida que aumentan las tensiones en el ámbito del comercio mundial, México y Canadá han encontrado puntos en común en su enfoque para abordar los posibles desafíos que plantean la retórica y las políticas proteccionistas de Donald Trump. Con las señales de Trump de sus intenciones de renegociar el Tratado Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC) al regresar a la Casa Blanca, tanto México como Canadá buscan presentar un frente unido para garantizar que el acuerdo permanezca intacto y no se convierta en una herramienta para una mayor disrupción comercial.

Un reciente documento informativo de Asuntos Globales de Canadá (GAC) reveló que la posición de Canadá sobre la revisión del T-MEC en 2026 se alinea estrechamente con la postura de México, particularmente en su objetivo compartido de mantener la revisión limitada, centrada y libre de renegociaciones polémicas. Como la retórica proteccionista de Trump ha suscitado preocupaciones sobre el futuro del comercio de América del Norte, los esfuerzos de cooperación de México y Canadá podrían desempeñar un papel fundamental para controlar dicha retórica y salvaguardar la estabilidad económica de la región.

La revisión del T-MEC: un momento crítico para el comercio de América del Norte

El T-MEC, que reemplazó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 2020, incluye una disposición para una revisión cada seis años, y la próxima evaluación conjunta está prevista para 2026. Durante esta revisión, los tres países involucrados (Canadá, México y Estados Unidos) evaluarán la eficacia del acuerdo y propondrán los cambios necesarios. Si todas las partes están de acuerdo, el acuerdo podría extenderse por otros 16 años, lo que brindaría la tan necesaria certeza a las empresas e inversores de la región.

Sin embargo, la perspectiva de una revisión también plantea la posibilidad de que Estados Unidos, bajo el liderazgo de Trump, intente reintroducir cuestiones polémicas, en particular las relacionadas con las políticas comerciales proteccionistas. La promesa de campaña de Trump de invocar las cláusulas de renegociación del T-MEC ha puesto a México y Canadá en alerta, ya que anticipan esfuerzos para socavar el acuerdo comercial o introducir nuevos aranceles y restricciones.

Sin embargo, Canadá y México han dejado en claro que no ven el proceso de revisión como una oportunidad para renegociar, sino como una manera de asegurar que el acuerdo siga siendo relevante y responda a la dinámica cambiante del comercio mundial. Canadá, en particular, ha enfatizado su preferencia por que el plazo del acuerdo se extienda lo antes posible para evitar la incertidumbre que podría surgir de nuevas renegociaciones.

Intereses compartidos: proteger el T-MEC de las disrupciones

Si bien México y Canadá tienen diferentes prioridades internas y panoramas políticos, ambos países comparten un interés fundamental en preservar el T-MEC como piedra angular de la integración económica de América del Norte. Para Canadá, el enfoque está en mantener un entorno comercial estable y predecible, que es lo que ofrece el T-MEC. El gobierno canadiense ve el acuerdo como una herramienta clave para fortalecer la competitividad y la resiliencia de la región, y cualquier cambio o disrupción importante podría afectar negativamente a la economía de Canadá.

De manera similar, México está interesado en preservar el status quo y asegurar que cualquier cambio propuesto sea limitado y específico, en lugar de generalizado. El gobierno mexicano también ha expresado su disposición a abordar cuestiones más nuevas, como las regulaciones ambientales y las normas que rigen los vehículos de cero emisiones, que no fueron un tema central durante las negociaciones originales. Sin embargo, el gobierno de México se muestra cauteloso ante cualquier intento de revisar aspectos fundamentales del acuerdo, en particular los relacionados con los aranceles, los mecanismos de resolución de disputas y las normas laborales.

Juntos, México y Canadá están alineados en su deseo de limitar el alcance de la revisión de 2026 para evitar interrupciones innecesarias en el marco del acuerdo. Ambos países también están trabajando de manera proactiva para prepararse para una variedad de escenarios, interactuando con las partes interesadas nacionales, las empresas y los representantes comerciales para garantizar que sus posiciones estén bien informadas y se presenten de manera efectiva durante la revisión.

La retórica proteccionista de Trump: una amenaza para la estabilidad regional

La retórica proteccionista de Trump y sus acciones pasadas (como los aranceles a las importaciones de acero y aluminio y sus esfuerzos por renegociar el TLCAN) han causado una incertidumbre significativa en las relaciones comerciales de América del Norte. Aunque Trump aún no ha tomado medidas concretas para invocar las disposiciones de renegociación del T-MEC desde que hizo su promesa de campaña, la mera amenaza de tales acciones es suficiente para crear inestabilidad en la región. Si es elegido, la administración de Trump podría impulsar políticas que socavarían el espíritu de colaboración del T-MEC y potencialmente conducirían a aranceles, guerras comerciales y otras formas de represalia económica.

México y Canadá no son los únicos que tienen sus preocupaciones. Muchos líderes empresariales y organizaciones comerciales de toda la región han expresado su ansiedad por el posible regreso de las medidas proteccionistas bajo el liderazgo de Trump. La posibilidad de un aumento de los aranceles o la imposición de nuevas restricciones comerciales probablemente tendría repercusiones negativas para las economías de los tres países, alterando las cadenas de suministro, aumentando los costos para los consumidores y desestabilizando las industrias que dependen de un comercio transfronterizo fluido.

Un enfoque colaborativo: México y Canadá como aliados

En este entorno incierto, la colaboración entre México y Canadá es crucial. Al presentar una posición unificada sobre la revisión del T-MEC, ambos países pueden enviar un mensaje claro a Estados Unidos de que cualquier intento de renegociar el acuerdo se encontrará con resistencia. Los esfuerzos diplomáticos combinados de México y Canadá serán esenciales para abogar por una revisión limitada centrada en actualizar cuestiones específicas, como las normas ambientales o las regulaciones vehiculares, manteniendo al mismo tiempo la integridad del marco comercial más amplio.

Además, esta colaboración podría extenderse más allá del proceso de revisión. México y Canadá pueden utilizar su influencia combinada dentro de las organizaciones comerciales internacionales, como la Organización Mundial del Comercio (OMC), para promover políticas que promuevan el libre comercio y la cooperación regional. Al trabajar juntos, México y Canadá también pueden explorar nuevas asociaciones comerciales y alianzas económicas con países más allá de América del Norte, asegurando que no dependan demasiado de Estados Unidos para su bienestar económico.

El camino por delante: fortalecer los lazos económicos de América del Norte

Los próximos años serán cruciales para el futuro del comercio de América del Norte. Con la revisión del T-MEC de 2026 en el horizonte y el posible regreso de la agenda proteccionista de Trump, México y Canadá deben seguir trabajando en estrecha colaboración para salvaguardar los intereses económicos de la región. Al mantener una postura unificada y abogar por la estabilidad continua del T-MEC, México y Canadá pueden ayudar a mitigar los riesgos que plantea la retórica de Trump y garantizar que América del Norte siga siendo un bloque económico competitivo e integrado.

En un momento de incertidumbre, la colaboración entre México y Canadá representa un enfoque pragmático para contrarrestar el proteccionismo y reforzar la importancia de los acuerdos comerciales multilaterales. Juntos, pueden garantizar que el T-MEC siga siendo una herramienta poderosa para la prosperidad económica en la región, independientemente de quién ocupe la Oficina Oval.