Por Manolo Pasero
Ahora que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca es una realidad confirmada, México enfrenta mayores riesgos en varias áreas críticas, incluyendo el comercio, la migración y la seguridad. Según The Economist, México es el país que presenta el mayor riesgo por las políticas de Trump, ya que la economía y el tejido social del país podrían verse amenazados. Dada la naturaleza inminente del segundo mandato de Trump, los responsables políticos mexicanos deben actuar con rapidez para minimizar el daño y salvaguardar los intereses nacionales.
1. Diversificación de las asociaciones comerciales
La economía de México está profundamente integrada con la de Estados Unidos. Sin embargo, el historial de Trump de usar los aranceles como herramienta para ejercer presión sobre México, especialmente en materia de vehículos y agricultura, plantea una amenaza importante. Bajo su administración, Estados Unidos impuso fuertes aranceles a los productos mexicanos, y Trump ha insinuado que continuará o ampliará estos aranceles si México no reduce la migración.
Plan de acción:
México debe tomar medidas inmediatas para reducir su dependencia de Estados Unidos diversificando sus relaciones comerciales. Es esencial fortalecer los lazos económicos con otros mercados globales clave, como la Unión Europea, Asia y América Latina. El país debería centrarse en impulsar las exportaciones en sectores como la energía renovable, la tecnología y la manufactura de alto valor, que son menos dependientes del mercado estadounidense. México también puede acelerar el uso de acuerdos como el Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (CPTPP) para aprovechar el mercado asiático y reforzar los lazos comerciales con Canadá y otros actores globales.
Además, México debería explorar oportunidades para expandir el comercio dentro de América Latina, donde la cooperación regional puede reducir la dependencia de Estados Unidos. El papel de México como socio comercial crítico para la región puede amplificarse a través de iniciativas como la promoción de las cadenas de suministro intralatinoamericanas y el fomento de vínculos económicos más fuertes dentro del Mercosur y otros grupos regionales.
2. Gestión de los flujos migratorios
El regreso de Trump a la presidencia indica una postura más dura sobre la inmigración. Es probable que su retórica sobre el uso de la fuerza militar para frenar la migración desde América Central y las deportaciones masivas se ponga en práctica. México, que sirve como un país de tránsito clave para los migrantes de América Central, sufrirá las consecuencias de las políticas más estrictas de Estados Unidos.
Plan de acción:
México debe reforzar sus controles en la frontera sur y desarrollar políticas migratorias integrales y humanas para gestionar el flujo de migrantes de manera más eficaz. Esto incluye mejorar la cooperación con países como Guatemala, Honduras y El Salvador para abordar las causas profundas de la migración (violencia, pobreza e inestabilidad política) mediante iniciativas regionales conjuntas de desarrollo económico y seguridad.
Además, México debe impulsar un diálogo con Estados Unidos para garantizar que sus políticas sobre migración se basen en la colaboración y el respeto de los derechos humanos. El país puede abogar por una solución regional que comparta la responsabilidad de los solicitantes de asilo y los refugiados en todos los países de las Américas, no solo en México.
México también debe considerar la posibilidad de mejorar sus propios procesos de asilo y brindar mejores oportunidades a los migrantes que necesitan protección. Al aumentar sus propias capacidades para gestionar los flujos migratorios, México puede evitar convertirse en el objetivo directo de las políticas migratorias de Trump.
3. Negociación de acuerdos comerciales para defenderse de las amenazas arancelarias
Las amenazas previas de Trump de imponer aranceles (de hasta el 60% a algunas exportaciones mexicanas) plantean un grave riesgo para la economía de México. Dado el tamaño de la relación comercial bilateral, en particular en sectores como el automotriz y la agricultura, los aranceles podrían paralizar industrias que son vitales para la economía de México.
Plan de acción:
México debería utilizar sus acuerdos comerciales existentes, en particular el Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), para mitigar posibles aumentos arancelarios. Al mantener relaciones sólidas tanto con Canadá como con Estados Unidos, México puede trabajar para defenderse de los aranceles punitivos. La diplomacia desempeñará un papel clave para garantizar que se respeten estos acuerdos, y México debería impulsar cláusulas que lo protejan de futuros aranceles.
Al mismo tiempo, México debe seguir invirtiendo en sus propias industrias y avanzar hacia una mayor autosuficiencia en sectores clave. Esto incluye ampliar la producción nacional y la innovación en áreas como la energía renovable, los vehículos eléctricos y los productos farmacéuticos, industrias que han sido el foco de las amenazas arancelarias de Estados Unidos.
4. Fortalecimiento de la seguridad nacional frente a las amenazas militares de Estados Unidos
La posición de Trump sobre los cárteles de la droga y el crimen organizado, incluida su sugerencia de desplegar fuerzas estadounidenses en México para combatir el narcotráfico, plantea un grave desafío a la soberanía y la seguridad de México. El recién nombrado asesor de seguridad nacional de Trump, Michael Waltz, ha apoyado políticas que podrían conducir a una intervención militar en México, una idea que podría aumentar las tensiones entre las dos naciones.
Plan de acción:
México debe entablar de inmediato un diálogo con Estados Unidos para establecer marcos de seguridad claros y mutuamente acordados que respeten la soberanía de México. Es crucial que cualquier cooperación para combatir a los cárteles de la droga se mantenga dentro de los límites de los acuerdos bilaterales y no conduzca a una acción militar unilateral por parte de Estados Unidos.
En el ámbito interno, México debe fortalecer sus capacidades policiales y militares, en particular en las regiones afectadas por la violencia de los cárteles. Un mejor intercambio de inteligencia, combinado con una mayor capacitación y recursos en materia de seguridad, puede ayudar a México a combatir el crimen organizado de manera más eficaz. El país también debe priorizar las reformas judiciales para garantizar que las medidas de aplicación de la ley estén respaldadas por un sistema legal sólido capaz de exigir responsabilidades a los delincuentes.
Al mismo tiempo, México debe explorar estrategias alternativas no militares para hacer frente a los cárteles, incluyendo centrarse en los esfuerzos de desarrollo comunitario y ofrecer apoyo a la gobernanza local y las iniciativas anticorrupción en zonas de alto riesgo.
5. Proteger el flujo de remesas
Con más del 4% del PIB de México derivado de las remesas, que provienen en gran medida de los EE. UU., las amenazas anteriores de Trump de gravar o restringir las remesas podrían tener efectos devastadores para millones de familias mexicanas que dependen de esta fuente de ingresos. Cualquier política que interrumpa los flujos de remesas podría exacerbar la pobreza y la desigualdad en México.
Plan de acción:
México debe trabajar diplomáticamente para proteger el flujo de remesas de posibles impuestos o restricciones. Una opción podría ser negociar con los EE. UU. para proteger estas transferencias financieras como parte de acuerdos comerciales y migratorios más amplios. Además, México puede fortalecer sus sistemas financieros internos para garantizar que las remesas se canalicen de manera eficiente y lleguen a las familias necesitadas.
A largo plazo, México también debería centrarse en reducir la dependencia de las remesas fomentando el crecimiento económico y la creación de empleo a nivel nacional. Las políticas que promueven el espíritu emprendedor, apoyan a las pequeñas y medianas empresas e invierten en educación y desarrollo de habilidades ayudarán a crear una economía más resiliente y menos dependiente de los flujos financieros externos.
6. Generar resiliencia a largo plazo
Además de las estrategias específicas para abordar las políticas de Trump, México debe centrarse en fortalecer su resiliencia general a los shocks externos. Construir una economía robusta y autosuficiente y un sistema político fuerte que priorice la transparencia y la rendición de cuentas le brindará a México la base para resistir las presiones externas.
Plan de acción:
México debe seguir invirtiendo en su sistema educativo, sector tecnológico e infraestructura para garantizar un crecimiento económico sostenible. Las reformas políticas destinadas a reducir la corrupción y fortalecer las instituciones democráticas ayudarán a estabilizar al país en tiempos de estrés externo.
Conclusión
Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, México enfrenta riesgos significativos en materia de comercio, migración, seguridad y estabilidad económica. Sin embargo, al diversificar sus socios comerciales, fortalecer las industrias nacionales, mejorar la cooperación en materia de seguridad y proteger flujos financieros cruciales como las remesas, México puede mitigar el daño de las políticas de Trump. Una estrategia proactiva y multifacética, que combine la diplomacia y las reformas internas, será esencial para salvaguardar los intereses de México durante este período difícil.
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